Ser soberano significa tener control sobre sus emociones, pensamientos y acciones. Es ser consciente de uno mismo y de su entorno, y poder tomar decisiones informadas sin ser influenciado por factores externos.
En otras palabras, es ser independiente, autónomo e insensible a las presiones sociales o emocionales que pueden llevar a una persona a actuar de manera imprudente o irracional. Ser soberano implica tener autocontrol y respeto propio para no dejarse influir por otros y seguir uno mismo.
Es importante destacar que ser soberano no significa ser egoísta, pero más bien actuar en consecuencia con los valores propios y tener la capacidad de discernir lo bueno de lo malo.